domingo, 23 de abril de 2017

Sueño Eterno

        Al igual que todas las lindas mañanas de primavera, Blancanieves salió a correr por el bosque, si había algo que la princesa amaba, era pasear en días como ese: cálidos, soleados, coloridos, cuando se ven miles de animales y en los cuales no hay una sola nube,en resumen ella anhelaba los típicos días de primavera. Pero aquel hermoso día ,al estar  distraída se perdió en lo profundo del bosque. No hace falta aclarar que una de sus virtudes no era la inteligencia pero hay que admitir que tenía demasiada suerte: en el medio del bosque, como por arte de magia, había una hermosa casita, y cuando digo casita es porque realmente era muy pequeña. Sin pensarlo dos veces, entró.
        Aquella casa no sólo era pequeña por fuera, sino que en su interior todo era pequeño también. Había siete lindas camitas, una cocina muy chica pero pintoresca y un baño que, obviamente, era muy pequeño. Sin pensarlo, la joven entro al baño y cerró de un fuerte portazo.
       Como era de esperarse, ir al baño no fue nada fácil, empezando porque el inodoro se tapo, largando agua hacia todas direcciones e inundando todo. Luego de varios intentos de resolverlo y varias palabrotas,que no hace falta mencionar, se le ocurrió la brillante idea de ir a la cocina en busca de algún elemento que ayude, pero, con el mundo en su contra, al intentar de abrir la puerta  saco la manija quedando, obviamente, encerrada.
-Estas cosas solo me pasan a mi - pensó.
         Todo era un completo desastre, pero luego de "pensar"(mirar el techo unas largas horas),se le ocurrió buscar en los cajones. Y si, encontró como salir, en el último cajón, debajo de unas toallas, había una pequeña cajita de madera pintada de verde esmeralda. Al abrirla vio, por fin, la pequeña llave de la puerta de madera. Todo parecia estar resuelto pero había un pequeño detalle, la llave era demasiado chica para la puerta que tenia en frente. Y como de costumbre, no pensó, y con todas la fuerzas que pudo reunir le pego una patada a la pequeña puerta abriéndola y logrando salir.
 -Alguien explíqueme,¿Por que no hice eso antes?-esa pregunta invadía su mente, pero rápidamente sacó ese pensamiento de su cabeza.
          Al salir del horrible momento, empezó a investigar. Por la mente se le cruzaban cosas tan importantes como: ¿De quien sera esta casa?,que horrible combinación de colores,¡Acaso nadie limpia acá!, ¡Ayyy, una araña!, seguro esta casa está abandonada,¿Habrá comida?, se me antoja una hamburguesa. Tengo sueño, ¿y si me acuesto un rato a descansar?creo que con tres camitas estoy bien.Y muchos pensamientos más,tan interesantes como aquellos.
          Luego de muchas quejas por la limpieza y la decoración de la casa, Blancanieves encontró, al lado de un gran televisor, en el último estante una gran caja con grandes letras verde donde estaba escrito "XBOX ONE", una estupida sonrista apareció en la cara de la princesa. Sin esperar un segundo, conectó todo y se puso a jugar lo que restaba de la tarde. Pensando jugadas en el juego "FIFA 2017", armando casas en el "MINECRAFT" y reviviendo su película favorita en el "HARRY POTTER: LEGO".
           Las horas pasaban y no aparecía el dueño de la casa, pero a eso de las ocho en punto, llegaron 7 hombrecitos y al ver su estatura, la princesa comprendió porque todo era absurdamente pequeño.
   -¿Quien sos?-preguntó uno,que al terminar de hablar soltó un estornudo.
   -Yo soy Blanca...-trato de explicar la princesa pero fue interrumpida.
  -¿Que haces con mi nueva "XBOX ONE"?- preguntó otro con cara de enojado lanzándole una mirada asesina a la joven.
   -Yo...-Intento intervenir Blancanieves pero nuevamente fue interrumpida.
   -¡SILENCIO!-le contestaron seis de ellos ya que el séptimo por alguna extraña razón no podía hablar.
   - Gruñon, a nadie le importa que hizo o no con tu aparato...-acoto otro hombrecito que parecía que en cualquier momento se dormía.
   -¡A MI SI!-contesto el que aparentemente estaba enojado.
   -SHHH - intento tranquilizar otro, tímidamente.
   -¡CALLATE!-grito en respuesta el enano odioso.
   -¡CALLATE VOS EST...!-intento responder uno que anterior mente había estornudado, pero fue interrumpido.
   Blancanieves no lo soporto mas y grito:  
   -¡BASTA!
            Todos se quedaron quietos y sorprendidos ante la reacción de la joven. Luego de mirarse entre si un largo tiempo, por fin alguien hablo:
   -Por favor, explíquenos quien es y que hace acá.-pidió amablemente otro enano con anteojos, que parecía ser el mas inteligente.
             Sin quitarle la mirada de encima a los siete pequeños seres, la bella princesa les conto absolutamente todo. Creando, desde aquel día, una amistad única e inseparable entre ella y los siete pequeños hombrecitos.
             Las siguientes semanas todo iba bien y había empezado a llevarse bien con todos excepto con Gruñón, quien la odiaba profundamente, como si la joven fuera el mismísimo diablo en persona. En la casita todo estaba organizado: por las mañanas  ella limpiaba y ellos trabajan continuamente y por la tarde jugaban a diferentes juegos. Pero aquel día, como todo lo que empieza termina, ella cansada de limpiar se quedo jugando al la "XBOX".
              Esa misma tarde los enanos la atraparon jugando y tuvieron la idea de vengarse pero no pudieron, ya que la querían demasiado para lastimarla.
              Pero Gruñón no lo soporto mas. El mismo, mas enojado de lo normal, fue hacia la casa de una temible bruja y le pidió algo que pudiera castigarla eternamente y sin piedad a la hermosa princesa. La anciana no parecía muy interesada en el problema pero cuando el menciono el nombre de la joven, la bruja no lo dudo. Preparo una perfecta manzana completamente roja y se la entrego.
              Al llegar de vuelta a la pequeña casita, comenzó a dudar si entregarle la manzana o no, y esto lo llevo a darse cuenta de que en realidad el no odiaba a Blancanieves, el la amaba. Al darse cuenta de la estupidez que iba a cometer, estuvo a punto de esconder la manzana pero, en ese instante, apareció la joven la cual parecía muy feliz. En forma de juego, la princesa le quito la manzana de la mano y le dio un mordisco. Desde aquel día no volvió a despertar y el pobre enano nunca se pudo perdonar lo que había hecho.
 
       



       
      

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