domingo, 15 de abril de 2018


12 Marzo de 2018

Flatulencias en las calles de Buenos Aires.

DESMAYOS Y SUSTANCIAS EXTRAÑAS SE EXPERIMENTAN EN LA FLORIDA.

      Por la tarde del 11 de Marzo se realizó una de las más importantes conferencias de la República Argentina, la cual proponía una celebración de fin de año que se extendería por todo Buenos Aires. Esta se llevó a cabo en la famosa calle Florida, en pleno centro. Todo estaba perfectamente organizado, pero su final nos dejó un tanto impresionados y aturdidos. El histórico hecho será recordado por cada uno de los participantes, en especial por el organizador y empresario Fedele Fusco, quien es y será el protagonista de esta historia.
Empresario Fedele Fusco.
    
  La conferencia había sido organizada semanas antes con mucha dedicación, preparada para absolutamente todo, excepto para la digestión del Sr. Fusco, quien no pudo resistir tal presión, por lo que su sistema ejecutó un gas sonoro y aromatizado en frente de todos los presentes: periodistas, camarógrafos, organizadores, admiradores, entre otros. Pero la cereza del postre fue que, al terminar tal acto, se desmayó y dejó, obviamente, a todos confundidos por la absurda escena que habían presenciado.                            

ESCAPE SONORO
    La flatulencia abandonó el cuerpo del gran hombre cual trueno en plena noche de tormenta, dejando atrás la dignidad del empresario, y a todos los espectadores atónitos, ya que no podían distinguir si se trataba de un ataque terrorista, un choque en pleno centro o un terremoto de 10 puntos sísmicos. Fuentes nos informan que nuestro protagonista había disfrutado de un estrepitoso banquete digno de Reyes la noche anterior. Y Parece que el pobre estómago estaba perezoso y decidió terminar la digestión en el momento justo. Aunque el sistema nervioso no se quedo atrás, este procedió a tomar protagonismo y dejó caer inconsciente el cuerpo del individuo.
  
  Automáticamente, múltiples médicos se acercaron a la escena del crimen. Pero, definitivamente, la heroína de este encuentro fue la monumental cucharada de azúcar que le hicieron ingerir al desmayado, la misma despertó el débil cuerpo del hombre como el clásico beso que le brindó el príncipe a la bella durmiente.

FINALMENTE
    Nuestro protagonista se incorporó avergonzado y decepcionado. Los observadores callaron automáticamente esperando la reacción del moribundo para más tarde escribir en las portadas de sus revistas escrachando el encuentro y al mismo protagonista. Pero este fue inteligente y, sensato como abuelo en pleno juego de ajedrez, mirando al público, se retiró con actitud de superado, cual empresario que acaba de cerrar un negocio millonario.

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